Ni gordas, ni pobres, ni fáciles. Las chicas betches lo tienen claro: para triunfar en este mundo ya no basta la fama; hace falta glamour, aparente ingenuidad, oportunismo, una buena dosis de vodka en fiestas y la tarjeta de crédito de papá. El diccionario urbano define betch como “otra forma de decir bitch (puta en inglés), solo que esta palabra suena un millón de veces mejor y te hace sentir muy bien”. Es como cuando una chica se dirige a otra de manera cariñosa llamándola ‘perra’. Pero la cosa no se queda en el lenguaje, tiene que ver con marcas de ropa, estilo de vida, personajes favoritos, fiestas indispensables y, sobre todo, dinero gastado.
Las betches son mujeres entre 18 y 24 años, de un nivel económico alto, que tienen como referente indiscutible a la rica heredera Paris Hilton y que se jactan de no estar al día de las noticias, aunque admiten que los chismes de farándula son tema de primer orden y que de vez en cuando se asoman a las noticias para saber de qué deben disfrazarse en la próxima fiesta de Halloween.
Alguien podría concluir que estamos ante la típica descripción de niñas frívolas que han existido toda la vida. Sin embargo, Internet ha entrado en acción y las ha convertido en todo un fenómeno social. Las betches son consideradas una tribu urbana importante gracias a la página web www.betcheslovethis.com, que tiene cuatro millones de visitas al mes y 140.000 seguidores en la cuenta de Twitter @betchesluvthis.
Sus creadoras, Jordana Abraham, Samantha Fishbein y Aleen Kuperman, empezaron la página cuando estaban en la universidad, y su idea era describir con humor y sátira todo aquello que vivían. Se sentían parte de un nuevo grupo social y lo contaban con tanto desparpajo y sin tapujos que poco a poco fueron ganando lectoras. Es tanta su influencia que un artículo que incitaba a no pedir nada en los restaurantes cuando se iba en grupo (con el objetivo de perder peso) fue retirado porque una fan estuvo dos semanas sin comer, y la web fue denunciada por promover la anorexia.
Cómo sacarle dinero a tu papá, cómo tener relaciones sexuales sin que parezcas necesitada, cómo lograr que los demás paguen tus gastos en la discoteca, cómo convencer a los amigos para que te hagan los trabajos de la universidad o cómo pasártelo bien en la vida sin trabajar son algunos de los posts que retratan la filosofía betch. El lenguaje soez y la incitación a consumir vodka (porque tiene menos calorías) o drogas químicas como el MDMA son otras de las ‘perlas’ de la biblia betch.
Hiperconsumistas
¿Estamos ante un grupo de mujeres con trastorno de personalidad? “En
absoluto”, aclara el psicoanalista Alejandro Velázquez. “Las tribus
urbanas siempre han existido, solo que esta podría considerarse de alto
nivel socioeconómico y de repercusión mediática. Son mujeres que
responden al modelo actual de sociedad que el filósofo Zygmunt Bauman
llama ‘modernidad líquida’, es decir, que todo es muy efímero. Ellas
viven del consumo y para el consumo. Todo lo viven en exceso, están muy
preocupadas por los gadgets y, finalmente, ellas mismas terminan siendo
un objeto de consumo para los demás”.El psicólogo y profesor de educación social Jordi Bernabeu Farrús está de acuerdo con esta aclaración y agrega que las betches pueden tener una “personalidad adolescente caracterizada por querer llamar la atención o esconder un autoconcepto negativo o una dinámica familiar que ha marcado pocos límites”.
Ambos profesionales coinciden en que el contexto social actual parece conducirnos al hiperconsumo y que algunos realities shows que exaltan este tipo de conductas pueden reforzar el fenómeno betch.
Incluso hay analistas que van más allá y consideran que la web betcheslovethis es un cúmulo de clichés y un aporte más a los incontables estereotipos sobre las relaciones de pareja. Las tres creadoras de la web y, por supuesto, gurús del movimiento betch, no le dan tanta importancia a su influencia y creen que quienes las miran con lupa no tienen sentido del humor. En serio o en broma, lo cierto es que estas chicas saben rentabilizar su nombre. Además de la web, cuentan con una línea de ropa y accesorios y acaban de publicar un libro (Nice is just a place in France: How to win at bassically everything, Gallery Books) que ya está en la lista de bestsellers del New York Times y es número uno en la categoría ‘libro de humor’ en iTunes.
¿Nacen o se hacen?
La pregunta resulta oportuna si se analizan los modelos de consumo
con los que muchas jóvenes crecieron. “Mucho de lo que consume el niño
tiene que ver con la demanda de los padres. Ellos no tienen grandes
necesidades, son los padres los que las crean”, explica el psicoanalista
Alejandro Velázquez. El psicólogo Jordi Bernabeu Farrús considera que
lo más lógico es generar una crianza sensata desde la infancia
“aplicando límites razonables”, sin excesiva permisividad ni excesivo
autoritarismo y, al mismo tiempo, ejerciendo control sobre los consumos
culturales.Por: El tiempo
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